jueves, julio 31, 2008

hilos.



Vas a ser el personaje más oscuro, nadie va a poder jamás volver a gozar bajo este sol y la luna va a encontrarse con su enfermedad de antaño, esa que la viene matando de a poco, esa que la viene envenenando desde hace eternidades y la va a engullir desde su mismo centro para que le manche el alma de una vez por todas. Va a desaparecer escuchando el eco de tu risa.

Yo voy a hacer que vos juntes esas manos, que vos juntes tus huesos, que te limpies de vos para meterte de lleno en esta mugre, en este andar mío ciega por la única noche. Te voy a hacer tragar silencio y sombra hasta deshacerme de mis máscaras, hasta deshacerte de tus láminas.

Y entonces voy a sonreír con mi sangre esbozando mis deseos de querer abrirte la piel, pero vos no vas a estar, y yo voy a tener que mentirme viva.

miércoles, julio 30, 2008

viernes, julio 25, 2008

Yo la llamo destrozos pero aún no nació, o quizás ya esté muerta.

miércoles, julio 23, 2008

desvinculación.


CENTRO.


Tenerse entre los brazos cansados
de saber que no va a venir.

El encuentro se desvive.

Se nos muere, se clava, se adentra, me duele
porque soy yo.


LA MATERIA REPUGNÁNDONOS.


Mecerse, tenerse.

(Estrujarse.)

En la alegría la mancha,
en el distanciamiento el sumergir.

Nadie se ahoga
por qué
nadie se ahoga.

Lo propio.


LOS HUMANOS.


El maestro se aleja,
podemos volvernos isla.

El maestro nos llora,
cargamos con todo el peso
que dejamos caer.


TE NOMBRO.


Me arrimo y
te fallo.


A ella le gritan que no puede dejar de temblarse en el oído antes de volver susurro el alarido que nos ladra. Ella escribe, se derrama, se invierte, se bebe para buscar la paz innata. Tiene un centro, se quiebra, tiene un espejo. Nota sus manos abiertas recién después de la vorágine, se resquebrajan y sangran, se resquebrajan y rezan. Se siente ciega olfateando el sonido de sus piernas, se sorbe, se incrementa.
Es una acción, no puede escribirse. Atenta en contra de su dicción y escupe la carne de entredientes. La guarda en ella, cuando puede mordisquea, en sus huecos. En la locura, en la cabeza.

sábado, julio 19, 2008

víctimas.



(La noche, siempre clara, se amolda a los huesos de los unidos por larguísimos y delicados hilos olvidados. Ella está vestida, como nunca. Su piel, esta vez violeta, se cubre de la tibieza de los cuerpos que no ve. Hace tiempo aprendió él a observar y no se inhibe, es la violácea sin embargo la que se sienta cerca a esperar que pasen los trenes.)


(Con una voz poco profunda, contemplando el juego que construyen sus pies cerca del piso sin atender a la contracción misma de su eje.) El cataclismo se origina cuando los ojos no se evaden.

(Ansiando interrumpir algún estado, enmascarándose, deseando interceptarla.) Disculpame, ¿estabas hablando sola?

− Estoy hablando con vos, (No lo mira, no se anima a mirarlo tan en el centro de su evasión.) sin voz es que me estoy adentrando. Si vuelvo es porque no sé punzar.

(Resignado a él.) Es como si tus palabras sangraran, siniestra. Como si tuviésemos nombre o corazón.

(Buscando filo.) Llevame a las hamacas.

− No, allá te perdés cuando tu cuello se curva, (Sonríe con aires de soberbia para desorientarla.) lo dejás evidenciar.

− Vaciar las órbitas oculares no es perderse, de eso estoy segura. Tener un ritmo, afianzarse a la marea no es extraviarse. (Acechando su cuello.) Hoy creí que nos íbamos a descarrilar.

− Hoy nos descarrilamos, justo después de que el perro persiguiera el último tren.

(Ella, ausente de talones ya, está vencida. La noche oscurece porque la Luna engulle a los enlazados.)

miércoles, julio 16, 2008

Hay un gusto a verdad que me arde. Armonía es cuando tus cantares o tu llanto no se traducen en alaridos. Tenemos alma y razón, tenemos devenires y estoy acá. Estás acá. La visión quema, el tacto calma y nos condena a una noche abierta, a una madrugada de tibiezas sangrando apaciblemente.

martes, julio 08, 2008


Acercarme cuando y porque te vas.

Me da asco a veces llorarte así. Me da asco también extrañarte sabiendo de la cantidad de vacíos. Pero durante todo el otro tiempo estás vos... y su presencia atada a tus tobillos de la manera más tierna.

Tengo una carpeta escondida y es la tuya. Ayer inconscientemente reinventé dibujos de allá. (Hoy más yo. Hoy menos yo.)

Encontrarte en el bondi, yendo al otro colegio o a tu casa, enseñando, darte una interpretación, fallarte a causa de mi plasticidad. Si me conocieras hoy, en profundidad, tendrías el coraje de aceptarme, dibujarme, comprenderme igual. No es una certeza, es un presentimiento. El más cálido, el que más me impulsa.

Me da rabia tenerte sólo idealizado casi. Necesito crecer con tus fallas, con tu mal humor, con tu dolor más profundo. Abrazarte. (Que ansíes eso, tan terrible.)

Perdón por mi egoísmo, por lo que te escribo a veces, por lo de siempre, ya sabés. Perdón por los resaltadores, siempre fui una idiota. Por pensarte también, y por lo que pienso de las herramientas cuando te pienso. No me perdones porque es para mi bien. No me perdones porque siempre es para mi bien.

Sí, tan terrible.

sigilo.



Las hacías pasar, una a una, y luego de examinarles alma y piel se aproximaban sin vacilación a esa interminable hilera. Tenían frío, vidrios, y estaban empapadas en baba, jugos ajenos, llanto.

Después de dos años sin comer, siendo bebidas cada hora y media por deformes clowns que manipulabas, si no enloquecían empezaban a apreciar la degustación de cada gorgoteo amargo, de cada sonrisa enferma, de todas las máscaras. Detrás del vidrio vos, y cuando no podías más les mostrabas a algunas que tus ojos estaban. Realmente no sé si permanecías siempre detrás.

Las desquiciadas mueren; el exterminio es hoy. Todas las demás podrán, en un par de años, constar de una máquina parecida para ubicarla por encima de su latir para así creer que se olvidan de todo.

Todo se fue con la destrucción de sus compañeras, su placer es un engaño más allá del evidente. El mundo punza, reacciono con las agujas, el mundo deja de aguijonear.

Las hacías volverse témpano, se caen sobre sí mismas.

lunes, julio 07, 2008

Bordeaux (...) enséñame Bordeaux, una vez más, acerca de la profundidad de esta noche. Extírpame los ojos.

brindarse.


Estabas loca. Te atemorizaba el mordisquear oscuro de esa que creyó estar hecha de vos y aún te despelleja para sentirse mejor intentando evadir sus molares. Ellos existen, pero ahora la sangre corre. Roerías vos también ajenas flores despreciables en medio de la inútil noche que te engulle. Estabas loca, ahora sólo estás perdida.