Ya no voy a hablar
de pupilas
clavadas
en mi ser.
Ni de bosques
ocultos
entre mis cuerdas vocales
vibrando con el viento.
No lo juro.
localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca. muere.
Ya no voy a hablar
de pupilas
clavadas
en mi ser.
Ni de bosques
ocultos
entre mis cuerdas vocales
vibrando con el viento.
No lo juro.
La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza. Y en tu voz sólo un pálido adiós y el reloj en tu puño marcó las 3. El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa, cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas. Te hace bien, tanto como hace mal; te hace odiar, tanto como querer... y más. Cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas, cambiaste de sexo y de Dios, de color y de fronteras. Pero en sí nada más cambiará y un sensual abandono vendrá... y el fin. Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera. ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Hojas muertas que caen siempre igual: Los que no pueden más se van...
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