Me mirás con tus ojos pintados y vacíos.
Te siento tan triste...
acercate un poquito,
quiero embarrarte con mi piel
sacate el rimmel y mirame
otra vez.
localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca. muere.
Me mirás con tus ojos pintados y vacíos.
Te siento tan triste...
acercate un poquito,
quiero embarrarte con mi piel
sacate el rimmel y mirame
otra vez.
Y llueve,
cada vez más fuerte.
Es increíble
siento cómo cada gota
recorre mis venas,
traspasa mi cuerpo...
Y después se escurren todas
y pasan a la rejilla de mi alma
que no existe.
No quiero que mi reflejo
muestre lo que no soy,
no quiero que exista reflejo de mí.
Para nadie una mirada distinta
a la que nunca tuve ni tendré
que nadie mire mis ojos
¡Si yo no los abro!
Que nadie sepa nada de mí
antes de conocerme.
No quiero conocer a nadie ya,
nadie que quiera prejuzgar
por el reflejo mío
Ese que nunca estuvo.
Yo no sé
Quien te llama
y descubre
el verdadero ritmo
que lleva tu corazón
no llega a entender
que sus sonidos
son huecos
y que tu soledad
está tremendamente llena
a punto de estallar diría.
No es vacío el que me llena
no creas mal
como creíste siempre.
Yo estoy llena de sombras
de fantasmas creados por el sol.
Y son esos
los que hacen que me vea en verdad.
Por eso es que salto
porque me veo
sin ojos
y sin verdad.
Las cosas le parecían sencillas
lo mismo con el mundo
y la vida.
Mientras hacia sus cosas sonreía
sonreía sola en su casa
con sus amigos y en los teatros sonreía
no temía de sonreír en velorios
en los museos o en el cine casi reía
y hasta a veces durmiendo sonreía.
Una vez,
sonriendo entre una masa de gente,
sintió cómo dos pupilas
se clavaban
estrepitosas
en su nuca.
Extrañadamente alegre esta vez
se da vuelta
y compite a éstas
con sus mismísimas pupilas
que ahora yacen
en las concavidades
del receptor.
Ahora en vez de sonreír
no deja de pensar
ahora en vez de sonreír
no deja de llorar.
Duele tanto
a veces
encontrarse
con uno mismo…
(confundir color con pupila, infinito)
Hoy creo ser arena
un puñado
no sé si cerca del mar
o en las manos de un infante
tal vez forme yo las paredes de tu casa.
Sólo se que hoy
creo ser arena
no se dónde estoy
ni por qué soy esto.
Pero no importa
sé donde quiero estar
y por qué.
Intento plasmar
mis pensamientos
como arena que soy
sintiendo la sangre
que se derrama en mí.
Porque si no lo plasmo
estallo.
No es que piense mucho
es que son tan ínfima
que me saturo rápido
y exploto.
Y es ahí cuando metamorfoseo.
El temor de morir ahí
rodeada de agua
que no era mía
aunque nunca tuve
ni tendré.
No sé en verdad si temor
en un momento sonreí
en la soledad
de un espacio
vacío de aire
lleno de almas de mí.
Sólo le teme a la lluvia
aquel que tiene temor de sí,
eso está seguro.
Y queda tan solo,
a salvo de los demás
junto con su peor enemigo,
él mismo.
Ya no voy a hablar
de pupilas
clavadas
en mi ser.
Ni de bosques
ocultos
entre mis cuerdas vocales
vibrando con el viento.
No lo juro.
La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza. Y en tu voz sólo un pálido adiós y el reloj en tu puño marcó las 3. El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa, cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas. Te hace bien, tanto como hace mal; te hace odiar, tanto como querer... y más. Cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas, cambiaste de sexo y de Dios, de color y de fronteras. Pero en sí nada más cambiará y un sensual abandono vendrá... y el fin. Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera. ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Hojas muertas que caen siempre igual: Los que no pueden más se van...