miércoles, agosto 11, 2010

La mar en moto
con la tierra perdida
la mirada haciéndote
aullar subterfugios
entre tu líquido
y el matorral.


De acá nadie sale
te atan al bosque
cuando el prado no existe
cuerpo a tierra de pocos.


Cinco compraron mi llanto
para volver a escupirlo
sobre sus caras.


Yo me apropio
de mí
yo me expropio
y no sé qué alcanza.

Los brazos barriendo
la vereda abrazando
el cimiento.


Decían lanzarse para salir
despreocupados por la edad
o por su estado.


Hablaban de armas
yo que sólo entiendo un calor
sobre el hombro la barba
cayendo los hombres.


La mirada,
catarata.






.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Me gustó tu blog. Tiene muchas cosas en las que me identifico. Si te da ganas, date un vuelta, puede que la sensación de identificación sea recíproca, puede que no... En fin, saludos y gracias por compartir este espacio.

Anónimo dijo...

Me gusta como escribes =)

Anónimo dijo...

ahá, sí