A veces el campo me observa.
No sé si pueda abrir tanto el alma...
domingo, febrero 11, 2007
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localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca localocalocalocalocalocalocalocalocalocaloca. muere.
La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza. Y en tu voz sólo un pálido adiós y el reloj en tu puño marcó las 3. El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa, cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas. Te hace bien, tanto como hace mal; te hace odiar, tanto como querer... y más. Cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas, cambiaste de sexo y de Dios, de color y de fronteras. Pero en sí nada más cambiará y un sensual abandono vendrá... y el fin. Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera. ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! Hojas muertas que caen siempre igual: Los que no pueden más se van...
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